INTELIGENCIA SEXUAL.
CAMINO AL PLACER.
Psict. Dyanna Meyer
Instintos y comportamiento
La sexualidad siempre nos ha parecido algo más bien ligado a los instintos que a la inteligencia, sin embargo durante el año 2002, la pareja de psicólogos Sheree Conrad y Michael Milburn, profesores e investigadores de la Universidad de Massachussets-EUA, introdujeron un revolucionario concepto, el cual desarrollaron en su libro “Inteligencia Sexual.” .
Para estos autores, la dimensión erótica de cada persona está determinada por su coeficiente de inteligencia sexual que constituye una zona determinada de nuestra capacidad intelectual, tan importante como la inteligencia emocional, descrita recientemente por el psicólogo Daniel Goleman y los otros nueve tipos de inteligencia :—lingüística, musical, naturalista, existencial, por mencionar algunas propuestas por Howard Gardner.
Sabiduría
Las personas menos inteligentes sexualmente sufren mucho dolor y confusión en su vida sexual, en terapia de PAREJA he podido observar como se manifiesta el desapego y el resentimiento.
Pero no lo tienen todo perdido, ya que la sabiduría sexual es una facultad que se puede medir, cuantificar y sobre todo potenciar.
Ser sexualmente inteligentes —y tener una vida sexual mejor— no depende de la suerte, de la belleza o del sex appeal innato, sino de habilidades que las personas pueden adquirir, desarrollar y dominar con el tiempo.
Por consiguiente, la inteligencia sexual es algo a lo que todo el mundo puede aspirar razonablemente y trabajar para conseguir.
Este es un punto muy importante de partida, ya que es posible aprender a disfrutar y crecer como buenos amantes y no quedarnos aburridos y amargados en el camino.
Orientación al Sexo
Gran parte de nuestra existencia está orientada directa o indirectamente al sexo, pero paradójicamente, no todo el mundo consigue una estabilidad emocional en la vida sexual.
Muchísimas personas inteligentes conviven con pasiones que conducen al desastre o con una vida sexual frustrante e insatisfactoria o realmente inexistente.
Se estudiaron en una clínica de la sexualidad en Bilbao España, los apetitos sexuales de 500 personas, desde adolescentes hasta jubilados, mediante un Test, que permite concretar el coeficiente sexual y de paso desvelar hasta qué punto una persona está contenta con su vida sexual.
Aproximadamente el 75% de los estadounidenses confiesa que el sexo es importante o esencial para su vida, pero al mismo tiempo, la mitad dice que constituye la causa de su estrés y otros están preocupados, porque no tienen relaciones eróticas con más frecuencia.
Estoy preparando una serie de preguntas para aplicarlas en mi espacio de trabajo que es Cancún, México. Para conocer como es de importante el éste tema entre los mexicanos que habitan en zona de playa, zona turística.
Entre los investigados en otras latitudes, Europa y E. U.
Un elevado número de participantes manifestó sufrir algún tipo de insatisfacción erótica: el 42% mostró una falta de deseo sexual y bajo libido, el 57% declaró no poder tener un orgasmo y casi un tercio confesó que a veces no encuentra placentero el sexo.
En contra de lo que cabría esperar, las disfunciones sexuales no solo aparecen en personas mayores y parejas que llevan 20 años o más de convivencia.
La juventud también es presa de la insatisfacción: para la mitad de las mujeres de entre 18 y 29 años, el coito resulta físicamente doloroso; el 33% de los hombres de la misma edad confesó tener problemas para lograr y mantener la erección; y algo más de la mitad era eyaculador precoz.
Pilares
La Inteligencia Sexual reposa en tres pilares fundamentales. El primer componente del talento amoroso consiste en adquirir los conocimientos precisos para adentrarse en el placer.
Quienes son sexualmente inteligentes poseen información científica precisa acerca de la sexualidad humana, por la que se ocupan y enriquecen sus conocimientos y practican novedades, juegos y creatividad en su conducta sexual.
Son cuidadosos de su relación en pareja. En su salud sexual , es decir no corren riesgos y se protegen. Salud es placer y ellos lo saben.
Sólo a través de una adecuada educación sexual, es posible detectar y combatir algunos mitos y tabúes eróticos que están arraigados en la sociedad y que interiorizamos a través de la cultura popular, la religión y la familia.
Descubrir nuestro propio sexo
Una vez liberados de las mentiras del sexo, el segundo paso hacia una vida sexual mejor se encuentra en descubrir nuestro propio placer y el que compartimos en pareja.
Averiguar qué nos atrae y excita, qué preferimos y cuáles facetas de nuestra conducta erótica nos plantean dificultades.
Este pilar de la inteligencia sexual se denomina Conciencia del Yo Sexual Secreto, el cual alberga los verdaderos pensamientos, sentimientos y emociones que hacen que la vida amorosa sea más gratificante.
Los auténticos deseos sexuales, quedan encubiertos con demasiada frecuencia por diversos motivos.
El Yo sexual secreto puede verse condicionado de forma negativa por experiencias desagradables que ocurrieron en el pasado, por necesidades emocionales insatisfechas, o simplemente por mitos o imágenes falsas de la sexualidad humana que se difunden a través de los medios de comunicación.
Las personas sexualmente inteligentes son capaces de advertir, por ejemplo, cuando sus deseos eróticos están sustituyendo a carencias emocionales que no son sexuales, como la falta de autoestima, de seguridad, de poder o saben cuándo tienen relaciones sexuales simplemente porque se sienten solas. Para compensar esa carencia.
Digamos que el segundo pilar tiene que ver con las carencia emocionales y el erotismo sustitutivo.
Deciden pedir ayuda profesional adecuada si descubren que su forma de relacionarse no es sana. Porque sufren en ella o causan sufrimiento.
El Yo erótico
El tercer y último pilar de la inteligencia erótica tiene que ver con la conexión con los demás.
El sexo es cosa de dos, mantener una vida sexual enriquecedora implica a otras personas.
Para adquirir una buena habilidad y dominio de la sexualidad, tanto en lo que se refiere a la relación de pareja como consigo mismo, hay que abrirse a los demás.
Una persona no alcanza un alto grado de inteligencia sexual hasta que domina ciertas habilidades sociales o interpersonales, que incluyen, entre otras cosas, la capacidad de hablar con la pareja sobre la vida sexual y de comprender el Yo erótico del amante.
La inteligencia sexual implica aprender a ser sinceros con nosotros mismos y con nuestra pareja, sobre quiénes somos y que necesitamos sexualmente.
Caminos hacia el placer.
El camino hacia la satisfacción sexual no está únicamente en volvernos más seductores, ni en reprimir o dar rienda suelta a nuestros deseos y fantasías eróticas, o en aplicar a pies juntillas las técnicas y conceptos aprendidos en los libros de sexualidad.
Si no es una mezcla entre aprender a conocernos y aprender técnicas e innovaciones.
En identificar que emocionalmente nos impide SER sexualmente sanos y creativos , que bloqueos emocionales existen para ocuparnos de optimizarlos.
La buena noticia es que siempre podemos mejorar nuestra inteligencia sexual, la clave parece ser aprender a conocernos y valorarnos, liberarnos del miedo y de la culpa, ser capaces de informarnos y aprender más acerca de la sexualidad, así como también descubrir que el sexo es mucho mejor cuando hay amor, apertura y respeto hacia la otra persona.
Reinicia una vida sexualmente inteligente. Si el fantasma temido de la inercia y el aburrimiento esta apareciendo en tu relación. Activate y pide cita¡¡¡ 251 04 41 En Cancún.
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